Hace por lo menos 10 años tuve una lesión y, aunque me dieron el alta, no lograba recuperarme y volver a estar como antes. La casualidad hizo que abrieran el local de Solana al lado de mi casa. Un día pasé y me acerqué a preguntar. De acuerdo a lo que me explicaron, (sobre la quiropráctica) decidí probar… y hasta hoy! He mejorado mucho, tanto en la desaparición de los dolores como en el estado general. Yo vine por una lesión concreta, pero luego entendí que la quiropráctica es para todo. Recuerdo que una vez que pasé mucho frío me sentía “destemplada”, me encontraba muy mal, vine al ajuste, y finalmente no enfermé! Hace mucho tiempo que vengo cada 15 días. Al principio venía dos veces por semana, luego una y después pasé a la fase de mantenimiento. Si bien sé que hay personas que vienen una vez por mes, en mi caso, cuando se acercan las dos semanas, ya mi cuerpo me lo pide! Y así pienso continuar…
«Me recomendó la Quiropráctica un sobrino de Almería. Hace diez años me diagnosticaron dos hernias discales L4- L5 y la solución que me daban era operarme, pero con un 50% de probabilidades de éxito.
Con la Quiropráctica he mejorado mucho mi movilidad y mi calidad de vida. Ahora puedo jugar con mis nietos!»
Me acerqué a la quiropráctica hace un año por mis problemas de salud: artrosis facetaria y depresión. Desde la primera semana he notado unos cambios muy positivos. Ya no tengo que tomar medicación, no me duele nada. Estoy estupendamente! Hay que tener una regularidad, un seguimiento cada semana, cada quince días. Si vienes con regularidad a tus ajustes, tu vida cambia positivamente!
“Cuando llevaba tres sesiones, el dolor se fue. No me lo podía creer! Y lo increíble es que no he vuelto a tener ese dolor horroroso que no me dejaba hacer nada. Incluso a partir de las sesiones he ido notando cómo la columna se estiraba y estaba más relajada, con mucha más energía. Lo explico para que cualquier persona que tenga problemas de espalda, sea de cervicales, lumbares, etc, lo pruebe. A mí me ha funcionado. Y lo mejor de todo: sin tomar medicamentos y sin dolor!».
Me hallaba a las puertas de entrar en el quirófano (por segunda vez, debido a mis hernias discales) y un amigo me recomendó que probara la quiropráctica. Mi calidad de vida era muy mala, puesto que no podía trabajar y no podía dormir más de dos horas seguidas diarias debido al dolor que tenía en las piernas. Ahora mismo, es como si hubiera vuelto a nacer: puedo trabajar, hacer una vida normal, con mis limitaciones, pero sin dolor. Aparte de no tener más dolores en las piernas, he ganado en no tener más dolores de cabeza, los dolores musculares y la sobrecarga en la parte superior del tronco han desaparecido. Además he perdido peso de manera considerable (16 kg).
“Tengo que decir a todo el mundo que lea esto que sepan que (la quiropráctica) es lo mejor que he podido hacer, ya que os aseguro que sentí una mejoría abismal entre la tercera y la cuarta semana (de sesiones). Estaba emocionada! En ese momento era la mujer más feliz de la Tierra, os lo aseguro. Ni un dolor, sobre todo en los trapecios que era de los sitios que más me preocupaban, ya que los dolores eran tan intensos que no me dejaban vivir ni de día ni de noche, os lo aseguro.
Entonces dejé de tomar los anti inflamatorios que llevaba tomando durante tanto tiempo. Era incapaz de vivir sin ellos, a pesar de tener el estómago machacado”